En la búsqueda de una sociedad más equitativa y justa, el techo de cristal se erige como una problemática que dificulta el avance de las mujeres hacia puestos de alta dirección en el ámbito laboral. Aunque invisible y sutil, esta barrera limita el desarrollo profesional y la realización personal de muchas mujeres en la esfera del reconocimiento público.

El techo de cristal es una metáfora que simboliza el límite invisible que impide a las mujeres alcanzar puestos directivos y de alta jerarquía en las organizaciones. Sigue siendo un desafío para la igualdad de género en el ámbito laboral. Romper con los estereotipos y las barreras invisibles es fundamental para que las mujeres alcancen su máximo potencial y contribuyan plenamente al desarrollo de la sociedad.

La línea de largada para llegar a los puestos de mando en las empresas está mucho más atrás para las ejecutivas mujeres en relación a los hombres, lo que implica una barrera adicional para superar. Aunque no hay duda que las mujeres han emprendido un camino de autonomía consiguiendo casi todo lo se les negó a lo largo de la historia, aún falta un largo camino por recorrer.

Las empresas deben esforzarse para eliminar limitaciones y crear un entorno más justo y equitativo para todos, donde la igualdad entre hombres y mujeres sea efectiva en todos los niveles. Por otro lado, para que realmente esas oportunidades sean ocupadas por mujeres, hay que concientizar que se debe animar a eso como colectivo.

También, se ha tenido que batallar con muchos señalamientos de las congéneres. Esta limitación es resultado de estereotipos arraigados en la cultura, los cuales han perdurado a través del tiempo y las creencias, que son una percepción de la realidad, que en nuestra mente la transformamos en verdad.